domingo, octubre 24, 2004

Se dibujaban monstruos

Cuando era chica, digamos entre los 4 y los 5 años la hermana de mi mamá me regaló lo que llamamos piletín (una piletita de plástico para que niños/as se remojen en verano).
Me encantaba chapotear ahí, en era redondez de color azul... pero el problema empezaba cuando me recostaba de espaldas, y así quedaba cara al cielo.
¿Problema? Sí. Desde el patio se veía la torre de la Iglesia San José (la del Hospital Provincial, 9 de julio y Alem) y esa torre, sobre todo de noche ya me acechaba cuando yo andaba por el patio! Bueno, esa torre junto con las nubes que justo pasaban por allí me daban un miedo terrible.
Recuerdo cómo fijaba mi mirada en esos cúmulos cuasi algodonescos y cómo "veía" las diferentes figuras que iban apareciendo: dragones, perros, ojos gigantes, barcos, y monstruos indescriptibles. Yo cerraba los ojos y los volvía a abrir muuy despacio, era peor: más formas y ahora sorpresivas ya que no las había visto formarse... Un vértigo indefinido sentía dentro mío. Y trataba de huir de allí y me resbalaba en el agua y en el plástico. Y siempre terminaba con algún rasguño.
Los días de cielo límpido no había problemas... pero en mi mente se dibujaban otros monstruos que venían a representar nubes no tan pasajeras.

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